Antes odiaba los círculos. Nada de espejos redondos, felpudos redondos o coches escarabajo. Todo cuadrado, bien recto. Muebles, paredes, rayas de mi camiseta...
Ahora llevo preciosos anillos bien redonditos, calcetines grises con puntitos blancos e incluso mi sonrisa tiene un aspecto más curvilíneo.
Y resulta que pueden convivir...
(podéis ver muchas más cositas nuevas en la tienda)
Y en la tiendecita también acabo de plantar este arbolito con aires nouveau. (Besos curvilíneos para todos, ¡y muchas gracias por vuestras visitas y comentarios!)